Usar el aire acondicionado en verano no tiene por qué convertirse en un golpe a tu bolsillo. Con algunos ajustes y hábitos inteligentes, podés mantener tu hogar fresco y tu factura eléctrica bajo control. Estos consejos aplican tanto para casas como para negocios.
1. Elegir el equipo adecuado
Un aire eficiente es la base del ahorro:
- Etiqueta energética clase A o superior.
- Tecnología Inverter, que regula la potencia sin apagados y encendidos constantes.
- Equipos con gas R32 para mayor rendimiento y menor consumo.
2. Configuración óptima
- Temperatura recomendada: 24-25°C en verano y 20-21°C en invierno.
- Evitar cambios bruscos: Ajustes extremos fuerzan al compresor y aumentan el consumo.
- Modo ECO o ahorro: Mantiene un funcionamiento eficiente y constante.
3. Mantenimiento regular
- Filtros limpios = menor esfuerzo del ventilador y mejor flujo de aire.
- Revisar la carga de gas refrigerante.
- Limpieza de la unidad exterior para evitar obstrucciones.
4. Optimizar el entorno
- Aislar ventanas y puertas para evitar fugas de aire.
- Usar cortinas o persianas para bloquear el sol directo.
- Cerrar puertas en ambientes que no se usan.
5. Uso inteligente
- Programar el apagado nocturno con temporizador.
- Ventilar la casa en horas frescas y usar el aire solo en las más calurosas.
- Combinar el aire con ventiladores de techo para distribuir el frío.
Ahorrar energía con el aire acondicionado es cuestión de elegir bien, mantener el equipo en condiciones y adoptar hábitos inteligentes. Con estas medidas, vas a lograr confort, un menor gasto mensual y una huella ambiental más baja.